Más Allá del Cromosoma: Una Sesión Llena de Luz y Amor

Cada año, el 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, una fecha que busca generar conciencia, visibilizar y, sobre todo, celebrar la diversidad.

Este año tuve el enorme privilegio de poner mi cámara al servicio de una causa que me tocó el corazón: retratar a un grupo de niños increíbles, con sonrisas gigantes y una energía que ilumina.

La sesión fue una fiesta de colores, miradas y gestos que lo dicen todo. No hubo poses forzadas ni sonrisas ensayadas, solo la autenticidad de quienes se expresan sin filtros, con el alma al frente. Cada niño me enseñó algo diferente: paciencia, alegría, ternura, libertad. Fue imposible no emocionarse.

Estos pequeños gigantes, junto a sus familias, nos recuerdan que la verdadera belleza está en la diferencia. Que cada ser humano merece ser visto, escuchado y valorado por lo que es, y no por lo que otros esperan que sea.

A través de mi lente, quise capturar mucho más que rostros bonitos: quise capturar la esencia de un mensaje que debería ser universal: todos somos únicos, todos somos valiosos, todos tenemos algo que aportar.

Gracias a las familias que confiaron en mí para retratar este momento tan especial. Y gracias a estos niños, por recordarnos lo verdaderamente importante: amar sin condiciones, vivir con alegría, y celebrar la vida tal como es.

Porque la inclusión no se dice, se practica. Y desde mi rincón, con mi cámara, elijo seguir visibilizando, compartiendo y aprendiendo.